Ridículamente Barbie

Publicado en

Viernes, 17 de mayo de 2013

Ridículamente Barbie

Por Josefina Salomón

 

Si las proporciones de la muñeca más conocida de los últimos 60 años se trasladaran a un cuerpo humano, éste difícilmente podría sostenerse sobre sus pequeños pies doblegados por el peso de unas tetas ridículamente grandes y una cintura en la que apenas cabe medio riñón. Sin embargo, Barbie sigue siendo modelo para niñas occidentales que empiezan a desear ser flacas a los siete y padecen anorexia en cifras alarmantes.

Según una campaña lanzada recientemente por la organización norteamericana Rehabs, el exponencial aumento de casos de anorexia entre nenas en la mayor parte del mundo occidental se debe a que, en gran medida, los medios de comunicación del planeta continúan empeñándose en promover las irreales imágenes de lo que ellos consideran la mujer “perfecta”.

Propagandas de todo, desde yogur hasta tampones, donde las chicas son perfectas cuando están flacas, ficciones televisivas donde las “lindas” son las buenas e inteligentes y las otras, malas y fracasadas.

Las madres del mundo parecen tener mucho que deberles a las revistas del corazón y a la caja boba.

Mini Dietas

Amy Cheney, una madre australiana, es una de ellas. Una tarde como todas, entró al cuarto de su hija sin esperar ninguna sorpresa y encontró algo que le hizo replantearse todo lo que aquella nena hacía. Tirado en el piso, como si nada, había una lista escrita a mano. “16 saltos de rana, 2 veces al día”, “andar en bici tres veces” “correr de ida y vuelta por el garaje 3 veces.” El titulo: “Dieta”.

Cuando Amy le preguntó a la nena de 7 años sobre el escrito, la respuesta fue clara. Quería ser flaca para ser feliz, como en la tele.

El tema es que Amy no está sola.

Según la Asociación Nacional de la Anorexia de Estados Unidos, cuatro de cada cinco nenas de 10 años dicen que tienen miedo de ser gordas. La mitad de jóvenes en edad escolar quieren ser más flacas y muchas dicen que se sienten mejor consigo mismas cuando están a dieta. La mayoría de las nenas quiere ser Barbie.

Pero los expertos dicen que el problema es que la industria de la moda y los medios no les han explicado que Barbie es una mentira, un modelo irreal que nunca podría existir. Y para intentar luchar contra aquellos estereotipos, lanzaron una nueva cruzada que busca demostrar justamente eso.

La campaña “Muriéndose para ser Barbie” recrea cómo sería una mujer si intentara lograr las medidas que propone la muñeca más famosa del mundo.

Los datos provienen de un estudio de la Universidad de Yale en los Estados Unidos que calculó lo que una mujer de peso normal debería adelgazar para llegar a las proporciones de una Barbie.

El resultado es trágicamente cómico.

Si Barbie fuera humana, sería 60 centímetros más alta que la mujer promedio con ocho centímetros más de cuello y 12 de pecho y 15 menos de cintura. Con este cuerpo, ningún ser humano podría hacer demasiado.

Un cuello tan largo y fino no le permitiría levantar la cabeza. Sus pequeñas muñecas no le dejarían levantar ni una bolsa de supermercado. La cintura minina no dejaría lugar más que para medio riñón y unos centímetros de intestino. La mujer Barbie, además, tendría que caminar en cuatro patas porque sus pies serían tan pequeños para su cuerpo (y grandes bustos) que no podrían sostenerle el cuerpo.

Pero las nenas quieren ser Barbie. “Desde la primera muñeca que tienen en sus manos, en general las nenas están expuestas a imágenes irrealistas del cuerpo femenino, y se les enseña a que usen esas imágenes en sus propias vidas. Si estuviera viva la Barbie mediría 1.75 metros y pesaría 50 kilos, unos 15 por debajo del peso sano para una mujer de esa altura,” dice la web de la organización.

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