La Asociación contra la Anorexia ADABE ELCHE alerta de los graves perjuicios por el cierre en agosto del servicio del Hospital de Sant Joan para personas con trastornos de conducta alimentaria

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La Asociación para la Defensa contra la Anorexia y Bulimia de Elche (Adabe) critica ferozmente la falta de recursos de los que dispone el colectivo para superar las dificultades de su enfermedad. Su objetivo principal, a corto plazo, es acabar con el cierre durante el mes de agosto de la Unidad de Trastornos Alimentarios (UTA) del Hospital de Sant Joan, la de referencia en la provincia, que ofrece hospitalización en seis camas. Por otra, y para facilitar la salida de esta situación a las personas que la sufren, buscan una mejora en la atención sanitaria. «Nos llegan jóvenes que vomitan siete veces al día y no son atendidos».

Se acerca el mes de agosto y con él el nerviosismo de Adabe, una entidad que trabaja a nivel provincial con quienes pasan por el bache de la anorexia o la bulimia, entre otros trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Llega el nerviosismo porque, como cada año desde hace ahora diez, cuenta su portavoz, cierra el servicio que ofrece el Hospital de Sant Joan a quienes consiguen un espacio entre las seis camas destinadas a esta problemática.

«No existe una unidad especifica que atienda los TCA, sólo seis camas donde se atiende a los afectados con un índice corporal muy bajo y riesgo de vida, el resto de afectados no pueden ser atendidos hospitalariamente», critica Mercedes Marco, presidenta de Adabe.

La crítica de Marco, a quien le preocupa que para estar hospitalizado haya que estar envuelto en una situación extremadamente grave, la causa la falta de personal sanitario: «Me dijeron que iban a contratar a más gente este año, pero al final vuelven a cerrar».

La necesidad de continuidad de este servicio para quienes hacen uso de él se palpa todavía más cuando la portavoz cuenta, a modo de ejemplo, las carencias a las que se enfrentó voluntariamente el pasado verano la psiquiatra que realiza los seguimientos. «Atendía a los pacientes desde su casa porque estaba en riesgo la vida de alguno de ellos. Le daba pena dejarles tirados». «Los familiares están indignados», añade.

En la unidad en la que trabaja la psiquiatra se estima un tiempo medio de hospitalización de 6 a 8 semanas para pacientes con anorexia y de 3 en el caso de quienes sufren bulimia.

Por otra parte, aunque en la misma dirección, la Asociación pone sobre la mesa los casos en los que se detecta el problema pese a que el índice de peso u otras condiciones no estén todavía fuertemente agravadas. «Nos llegan jóvenes que vomitan 7 u 8 veces al día y no están siendo atendidos. No les están tratando en ninguna parte porque no tienen un índice de peso bajo», apunta Adabe, al tiempo que añade que «hasta que no hay hemorragias digestivas u otros síntomas más graves no ponen soluciones a estos problemas».

Por este motivo, cuentan los padres de afectados de TCA de Adabe, no se logra «saber muy bien dónde acudir con estos problemas». «En atención primaria tampoco lo tienen claro», critican.

Para mejorar esta situación, la Asociación ha cobrado voz en la elaboración de un protocolo de actuación autonómico. «Desde Conselleria se están estableciendo unas pautas y han contado con nosotros», cuenta Marco, para lo que pide la colaboración de todas las familias con este problema: «Necesitamos que los padres se sumen a nosotros para que se vea que el problema está ahí. No pasa nada por contarlo».

En esta línea, Adabe pide refuerzos para apoyar la lucha contra esta enfermedad «agotadora y larga». «Las personas que tienen un familiar afectado no pueden. Y las que empiezan a mejorar se quieren olvidar del tema. Cuesta mucho implicar a la gente», lamenta Marco respecto al apoyo en la lucha «por un buen servicio».